Hoy se dio inicio a una nueva jornada de lucha.
El régimen de Lasso, fiel a los mandatos del imperialismo (FMI) y a los voraces propósitos de la gran burguesía y de grandes terratenientes, se ha empecinado en gobernar de una manera que atenta contra los más elementales derechos de las grandes mayorías.
Incapaz de controlar la desbordante violencia que se manifiesta en las cárceles, o en las calles, donde el robo, tráfico y sicariato ha sido justificado desde una posición reduccionista: “guerra entre pandillas”, desestimando todas las razones o causas que tienen un origen estructural, que son la expresión de la bancarrota del viejo Estado burocrático terrateniente.
Desempleo, hambre, miseria, imposibilidad de cubrir los costos de la canasta básica; superexplotación laboral, violencia, muerte, es el pan de cada día de las masas, ¿acaso no son suficientes razones para rebelarse?
Hoy no es octubre del 2019, pero puede ser mejor. Hay que aprender de las lecciones de esa brillante jornada de lucha. Hay que ser más incisivos, no solo contra los aparatos represivos del Estado, sino con la dirigencia indígena, campesina, obrera y popular. No podemos volver a cometer los mismos errores. No se puede permitir que estos miserables cabalguen sobre las luchas de las masas y traicionen sus reivindicaciones y conquistas en la mesa de negociaciones.
Es importante que la movilización del pueblo no esté sujeta de una sola fecha, 26 de octubre, su carácter debe ser indefinido, hasta que el costo de los combustibles vuelvan a los precios anteriores a la aplicación del decreto ejecutivo; hasta que el banquero y la asamblea desistan de aprobar la Ley de Oportunidades, unas verdadera carta negra que elimina todas las conquistas laborales de los trabajadores y que precariza el trabajo. No podemos ceder hasta que el régimen desista de seguir con su plan extractivista que golpea a los campesinos, destruye la naturaleza y que solo genera riqueza para las transnacionales. No podemos desistir hasta que el banquero se vaya a la mierda y sea destituido por corrupto.
Si permitimos que el oportunismo de la dirigencia indígena y sindical tomen las riendas de la lucha, desde ya habremos perdido; toda gota de sangre derramada será infecunda. Urge que el proletariado, el elemento consciente de la clase se ponga al frente de la lucha; que se consolide la alianza con los campesinos pobres y demás masas explotadas del país para hacer de esta jornada de lucha un verdadero ejercicio de poder proletario al servicio de las grandes mayorías.
VAMOS A CERCAR LAS GRANDES CIUDADES DESDE EL CAMPO; vamos a bloquear carreteros, impedir el tránsito de personas y mercaderías, vamos a estrangular las ciudades, que el régimen y la gran burguesía sientan la furia del campesinado pobre.
Hagamos de las calles escenarios de lucha; esta es una oportunidad de desatar todo nuestro odio de clase, a remecer al viejo Estado y no ceder hasta que los objetivos que han sido ya trazados en esta roja minguería sean conquistados.
¡ABAJO EL RÉGIMEN COMPRADOR DE LASSO!
¡ABAJO EL PLAN DE GOBIERNO ENTREGUISTA Y EXPLOTADOR!
¡NO A LA ELEVACIÓN DEL PRECIO DE LOS COMBUSTIBLES!
¡NO A LA LEY DE OPORTUNIDADES!
¡LA REBELIÓN SE JUSTIFICA!